18 de octubre de 2009

PORQUE DONAMOS UN CEIBO?

-SEXTO FOGÓN CRIOLLO-
EEM N° 417 “Colonia Candelaria”
DECLARADO DE INTERÉS MUNICIPAL

¿POR QUÉ DONAMOS UN CEIBO?

Cada año, con motivo de la organización del FOGÓN CRIOLLO por el Día de la Tradición regalamos un ceibo. El árbol mencionado, cuya flor es FLOR NACIONAL de nuestro país, será plantado en un lugar simbólico de la ciudad de Casilda, en reivindicación de valores nacionales. Creemos que “plantar un árbol” implica las ideas simbólicas de crecimiento, fortaleza, voluntad, arraigo, pertenencia y solidaridad. Todas ellas, características que también deseamos fomentar en nuestros alumnos a quienes consideramos por encima de todo, personas libres que viven en un país que tiene una historia y una tradición que deben conocer y respetar. Nada se puede querer si no se lo conoce. A nuestra historia hay que conocerla. Esta es la única forma de sabernos protagonistas de una realidad que tiene sus raíces más profundas en nuestro pasado y que se proyecta hacia el futuro por esa misma energía que la nutre desde sus orígenes.
El primer árbol fue plantado en el frente de la Escuela de Enseñanza Media N° 417 “Colonia Candelaria” como símbolo, ya que por primera vez se llevaba a cabo el Fogón Criollo, retomando una antigua tradición que había caracterizado a otros períodos del ex Nacional. De manera emblemática, el primer ceibo fue plantado luego del festejo del 10 de noviembre de 2004, en uno de sus jardines.
El ceibo del SEXTO FOGÓN CRIOLLO por el Día de la Tradición (a festejarse el viernes 13 de noviembre, a las hora 19:30, en el patio de la 417, con servicio de “pulpería” y entrada libre y gratuita) será donado a una institución educativa que, también como la fecha que se trata de reivindicar, tiene un compromiso con quienes son el futuro de nuestro país: los niños. El Jardín de Infantes N° 8082 “Colmenita” es la institución en la que se ha elegido plantar el ceibo. Los niños dejan sus marcas, sus huellas en los actos de la vida que protagonizan y son, como el árbol, ejemplo de crecimiento, de arraigo y pertenencia.
Un árbol debe ser cuidado con esmero. Todos los días habrá que regarlo, protegerlo del viento, de las hormigas; con el tiempo habrá que podarlo. Así se fortalecerán sus raíces y sus ramas crecerán resistiendo los embates del viento y podrán ser refugio de los pájaros. Dijo alguna vez el poeta argentino Francisco Luis Bernárdez que “lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado”. A cada uno de nosotros nos pasa lo mismo: somos el fruto de nuestra historia y las raíces del pasado son, en definitiva, las que no nos permitirán jamás olvidar quienes somos porque la Patria, como los árboles que se plantan y que se nutren de la tierra, también debe ser cuidada con amor y esmero.


María Alejandra Bustos (Coordinadora General) Marcela Ruiz (Difusión)

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